martes, 14 de abril de 2009

Uno más y van...

Reinaldo Merlo ya no es más el técnico de Rosario Central. Renunció al cargo luego del partido contra Racing y se convirtió así, en el octavo DT que se llevó el Clausura en apenas 9 fechas.

La lista es demasiado larga para un campeonato que recién acaba de llegar a la mitad : Llop (Racing), Alfaro (Rosario Central), Labruna (Gimnasia de Jujuy), Astrada (Estudiantes LP), Burruchaga (Banfield), Santoro (Independiente), Russo (San Lorenzo) y Merlo (Rosario Central, otra vez). Ocho técnicos dejaron su puesto de trabajo y por como viene la mano, no sorprendería que en las próximas fechas se fuera alguno más; si se tiene en cuenta que Vivas (Argentinos Jrs.) ganó su primer partido recién en la fecha pasada y que los rumores sobre las idas de Garnero y Sensini están latentes, esa lista podría engrosarse en cualquier momento.
De todas formas, está más que claro que en el fútbol argentino mandan los resultados. Sin embargo este caso es diferente. Esta vez, el hombre que tiene estatua propia desitió a su cargo y no fue precisamente por su campaña, sino porque dijo no sentirse cómodo en el vestuario Canalla luego de aguantar las duras declaraciones de Ezequiel González (uno de los símbolos del club) tras la victoria ante San Martín como visitante. Ese simple capricho (inentendible luego de ganar un partido fundamental por la permanencia), molestó mucho al entrenador a tal punto que éste, lejos de calmar las aguas, prefirió alejarse de la institución rosarina.
Lo importante es analizar y entender porque los jugadores (que con sus decisiones adquirieron mucho poder en estos últimos años) deciden cuestionar a sus propios entrenadores sin pensar en las consecuencias a futuro. Porque ayer, la víctima fue Merlo, pero anteriormente pasaron por la misma situación Llop, Alfaro y hasta el propio Russo, quien se fue de San Lorenzo y ya suena como candidato para reemplazar a Mostaza. Y ni hablar del pobre de Santoro que dio todo para salvar a su Independiente querido (como hizo tantas veces) y fue reprochado por varios jugadores con declaraciones fuera de lugar.
Lo cierto (e ilógico) es que el ex técnico de Rosario Central, obtuvo el 66,6% de efectividad en el equipo rosarino. Su campaña no era para nada mala y pese a eso dio un paso al costado. Ante todo esto, lamentablemente hay que decir que cada vez son menos los técnicos a los cuales se los respetan y eso es algo que no puede suceder más. Son contratados para manejar un grupo, bien o mal, y tienen que ser respetados como tales. La única solución a esto es que el propio DT elija correctamente a once jugadores y estos los respalden dentro del campo de juego. De lo contrario, seguirá pasando lo mismo y se irán otros tantos más.

Adivinen ustedes: ¿quién será el próximo?

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